Caminando voy a la puerta del sur
pido permiso para entrar
y poder hablar
con el abuelo jaguar.
Y entonces le empiezo a susurrar:
En tu piel se refleja el firmamento estelar,
tus garras seducen a la tierra
donde transitas con elegancia
a través de ella,
y en tus ojos se refleja el hermoso sol de mediodía.
Abuelo jaguar enseñame a confiar
y también a aterrizar,
enseñame a jugar
y también a acechar
enseñame simplemente a estár
y ahora nadamás
llévame a tu guarida
para poderte amar.
Aho
*Zoológico de Chapultepec